Nombre:
Chelo Sierra
Origen:
Madrid
Identidad:
Creativa publicitaria y escritora...
Enlaces:
Contacto
Nació en Madrid, ciudad en la que estudió Publicidad. Trabajó durante más de quince años como redactora y directora creativa en varias agencias y desarrolló campañas para importantes anunciantes como Lotería Nacional, La Quiniela, La Primitiva, Hyundai, Land Rover, Zumosol, Pantene, Kellogs, El Corte Inglés o Coca Cola, entre otros. Es autora de algunos de los eslóganes publicitarios más conocidos de la década de los noventa.
En 2000, decidió empezar una nueva vida y trasladarse a vivir a Cuacos de Yuste, donde puso en marcha un hotel de campo. En 2009, dio un nuevo giro a su vida, se trasladó a vivir a Torremenga y escribió su primer texto de ficción, aunque, según ella misma dice, escribir para publicidad es algo que se le parece mucho. A pesar de su relación tardía con la literatura ha tenido la oportunidad de explorar distintos géneros y ha sido premiada en una veintena de certámenes. Colaboró durante más de dos años como columnista en El Periódico de Extremadura.
Nuevo libro de Chelo Sierra.
La mala intención, Premio Ramiro Pinilla de novela corta 2022.
Talentura Libros (2023)
Julia descubre, en uno de sus rutinarios paseos matutinos, a la víctima de un asesinato. A partir de ese hecho insólito en el pequeño pueblo donde vive junto a su pareja, un famoso y excéntrico pintor, la novela nos cuenta la historia de una transformación: la de una mujer que pasa del deslumbramiento al desencanto, del enamoramiento a la frustración. Según palabras del jurado del Premio Ramiro Pinilla, La mala intención es una rural noir singular, está construida con elementos paródicos, con mucho humor y una divertida maledicencia, su trama evoluciona de una manera sorpresiva y trasciende las clásicas limitaciones del género... [Más]
Antologías:
El cuento en Extremadura 2011, Rinranes y zorongollos, 26 olivos, Páginas de agua, 46 sorbos, Escalofríos.
Entre otros.
También ha sido finalista de:
UN DÍA DE MAYO DE 1615
—La Inquisición no tardará en llegar —dijo alarmado por el estruendo de los cascos de los caballos, el chirrido de las ruedas de los carros y los gritos que se oían cada vez más cerca. Maldijo una y mil veces la locura de su hija, empecinada en hacer creer a todo el mundo que poseía la pócima de la inmortalidad, y se apresuró a abrir la tapa de una tinaja vacía, de las que solía usar para almacenar el vino—. Rápido, aquí, escóndete. Magdalena obedeció y permaneció quieta y callada hasta que, cuatrocientos años después, salió, sigilosa, a estirar las piernas.
(Segundo clasificado en la final anual del concurso Relatos en Cadena de la Cadena Ser, 2015)
SOLA
A Carmen nunca le gustó vivir sola: odiaba comer sola, ver la televisión sola y, sobre todo, dormir sola. Esto último no lo soportaba. Quizás esa urgencia que tenía siempre por encontrar a alguien con quien compartir su cama, le había llevado a coleccionar el mismo número de parejas que de fracasos. Su última relación acababa de llegar a su fin esa misma mañana. Se había dado cuenta de que Miguel tampoco era el hombre de su vida y, como acostumbraba a hacer en cuanto constataba algo así, había decidido terminar con él. Se acostó casi de madrugada, en un intento de enfrentarse a la oscuridad y a los sonidos de la soledad lo más tarde posible. Los pasos cansados del vecino de arriba, el zumbido grave y constante del motor del frigorífico, los arañazos obstinados de las termitas que habitaban en la pata derecha del butacón, el rítmico ulular de un búho, la sirena de una ambulancia... todo la sobresaltaba aquella noche. Imposible dormir sola. Imposible. Aterrorizada, saltó de la cama, corrió por el pasillo hasta la despensa y, ya dentro, se acurrucó junto a todos esos cuerpos fríos y amontonados. Tan conocidos. Tan reconfortantes.
(Obra ganadora del Premio de microrrelatos de terror del Museo del Romanticismo. El cortometraje "Sola" del realizador Óscar Sánchez está basado en este texto)