Nombre:
Basilio Sánchez
Origen:
Cáceres (1958)
Identidad:
Poeta, Narrador...
Enlaces:
Página personal del autor: http://basiliosanchez.info
Basilio Sánchez en Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Basilio_S%C3%A1nchez
Cátedra Miguel Delibes: http://web.archive.org/web/20111117091256/http://www.catedramdelibes.com/archivos/000775.html
Portal de Poesía: http://www.portaldepoesia.com/Biblioteca/Basilio_Sanchez.htm
Las afinidades electivas: http://lasafinidadeselectivas.blogspot.com.es/2007/01/basilio-snchez.html
Contacto
Con su primer libro, A este lado del alba, consigue un accésit del Premio Adonais de Poesía en 1983. Después de un periodo de silencio de casi diez años, en 1993 edita su segundo libro, Los bosques interiores, en el que se perfilan ya nítidamente el tono y los rasgos que singularizan su obra de madurez. Este libro, revisado en profundidad, fue reeditado en 2002.
El resto de su obra poética está compuesto por los siguiente títulos: La mirada apacible (1996), Al final de la tarde (1998), El cielo de las cosas (2000), Para guardar el sueño (2003), Entre una sombra y otra (2006), Las estaciones lentas (2008) y Cristalizaciones (2013). Ha publicado, también, dos libros de narrativa que recorren el territorio de la memoria: El cuenco de la mano (2007) y La creación del sentido (2015).
El conjunto de su obra poética, con la excepción de su primer libro, está recogido en el volumen Los bosques de la mirada. Poesía reunida 1984-2009 (2010). Como señala el profesor Miguel Ángel Lama en el texto que acompaña a esta recopilación, su poesía ha sido destacada por la crítica como una de las más sugerentes expresiones de poesía meditativa contemporánea, que no se queda en una contemplación ensimismada como punto de partida y de llegada, sino que muestra su vocación de conquista moral en un mundo en el que los pilares éticos se ven agredidos.
“Hay en su poesía —en palabras del poeta Antonio Crespo Massieu—, una mirada abierta al misterio del mundo, una búsqueda de la palabra capaz de dar cuenta de la presencia de las cosas, un continuo asombro y un infinito respeto por la naturaleza, la vida, los otros. Este es su territorio: el respeto por las cosas pequeñas, la intangible belleza de lo efímero, el cuidado, el asombro ante todo lo vivo”. Una forma de entender la poesía que, como recoge Ángel L. Prieto de Paula, supone “la expresión de un universo breve, cuya pureza es un aceite con que aliviar las rozaduras de la existencia”.
Ha sido incluido en diversas antologías poéticas y sus poemas traducidos a diferentes idiomas. Entre los años 2000 y 2003 fue codirector del Aula de Poesía José María Valverde, de Cáceres.
Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Extremadura, posteriormente se especializó en Medicina Intensiva, actividad que ejerce actualmente en su ciudad natal.
POESÍA:
NARRATIVA:
LA MUJER QUE CAMINA
La mujer que camina delante de su sombra.
Aquella a quien precede la luz como las aves
a las celebraciones del solsticio.
La que nada ha guardado para sí
salvo su juventud
y la piedra engarzada de las lágrimas.
Aquella que ha extendido su pelo sobre el árbol
que florece en otoño, la que es dócil
a las insinuaciones de sus hojas.
La mujer cuyas manos son las manos de un niño.
La que es visible ahora en el silencio,
la que ofrece sus ojos
al animal oscuro que mira mansamente.
La que ha estado conmigo en el principio,
la mujer que ha trazado
la forma de las cosas con el agua que oculta.
LAS BAYAS
Presiento tus palabras a través de los muros
de una habitación que será eterna.
Hay un país que crece
con la sustancia de los sueños
y una casa cerrada
en la que se acumulan los escombros
de una luz suficiente.
Quizá no fuera ésta la vida que esperábamos,
pero sí es el lugar.
Aquí donde se alzan
contra un cielo de piedra
una pared caída y luego otra,
serán nuestras palabras las que nos den cobijo.
Lo poco que tenemos,
lo mucho que tenemos está aquí, delante de nosotros.
Yo pongo la ventana,
tú, los tallos, los zarcillos azules,
las silenciosas bayas transparentes.
COORDENADAS
Los poemas se escriben
para que caminemos entre ellos.
El lenguaje es un bosque.
Entre la oscuridad y las palabras
hay un pacto secreto como el que se establece
entre el aire y las hojas.
El poeta se detiene en los signos,
elige del lenguaje
los que tienen que ver con su manera
de acercarse a las cosas, de interpretar el mundo,
de dirigirse a aquello que lo nombra.
Cada poema asume una reconstrucción,
cada una de sus palabras
un intento más o menos consciente
de devolverle a algo su sentido.
No nos basta solo con su presencia:
las cosas necesitan ser salvadas,
verse restituidas en su pérdida antes de que suceda.
En lo oscuro del bosque, en su espesor,
fermentan las palabras
en todos los idiomas que nos han precedido.
Entre las conjeturas,
buscando hacerse un hueco en esa oscuridad,
el poema posible se abre paso,
nos da las coordenadas de un espacio
que inevitablemente tendremos que habitar,
solos o en compañía, para siempre.
FRACTURAS
Donde se desmoronan las ciudades,
junto a los sumideros,
los muchachos se entretienen jugando
con las llantas metálicas
que afloran en el agua como los promontorios
de un mar sin pretensiones.
En las salas comunitarias de los asilos,
las vísperas de fiesta los ancianos
siguen con movimientos de cabeza
el ritmo de la música
con la que se acostumbran a la muerte.
Acechante, sentado ante mí mismo
como un gato silvestre ante la puerta
cerrada de una casa,
en el jardín tranquilo que rodea al hospital
nadie me reconoce
mezclado con los locos.