Nombre:
Pureza Canelo
Origen:
Moraleja (Cáceres) 1946
Identidad:
Poeta, Académica de la RAEX...
Enlaces:
Contacto:
fundacion@fundaciongerardodiego.com
Pureza Canelo Gutiérrez nace en Moraleja (Cáceres) en 1946. Irrumpe en el panorama poético español con la obtención del Premio Adonais 1970, galardón concedido tradicionalmente a poetas masculinos. Durante los años 1975-1983 ocupa la dirección del Departamento de Actividades Culturales Interfacultativas de la Universidad Autónoma de Madrid en la que crea el Club de Escritores Universitarios de dicha Universidad, y en 1977 funda el Aula de Cultura y Biblioteca Pública «Pureza Canelo» de Moraleja. En 1975 obtiene una Beca Juan March de creación literaria para la escritura de Habitable (Primera poética), y en 1982 disfruta de una beca similar otorgada por el Ministerio de Cultura. Coordina en 1993 la celebración nacional del Medio Siglo de la Colección Adonais, así como el I Centenario del poeta Gerardo Diego en 1996. Ha sido traducida a varios idiomas, ampliamente al inglés y al alemán, e incluida en numerosas antologías de ámbito nacional e internacional. Impulsora de colecciones poéticas desde mediados de los setenta, dedica un tiempo importante a las ediciones en el ámbito de la comunidad científica y universitaria. Desde 1999 es Directora Gerente de la Fundación Gerardo Diego, que refundó ese mismo año con Elena Diego. El 15 de mayo de 2007 firma la escritura de donación de su Archivo y Biblioteca personal al Archivo y Biblioteca de la Diputación Provincial de Cáceres. El 7 de septiembre de 2008 recibe la Medalla de Extremadura como reconocimiento a su obra literaria. En 2009 la Unión de Bibliófilos Extremeños le dedica el Homenaje del Día del Bibliófilo en la ciudad de Almendralejo y con este motivo se publica en torno a su obra el volumen monográfico Esfera Poesía. El 21 de septiembre de 2013 es elegida por unanimidad académica de número de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes y el 21 de mayo de 2016 toma posesión de su plaza con la lectura del discurso de ingreso Oeste en mi poesía, siendo contestado por Antonio Gallego Gallego. Le han dedicado calles con su nombre los municipios extremeños de Moraleja, Montehermoso y Malpartida de Plasencia.
Selección de monografías:
Selección de monografías:
Los primeros recuerdos de mi encuentro con la palabra se remontan a una temprana adolescencia apasionada por los juegos en colectividad, al mismo tiempo que el inicio en las lecturas y la inclinación hacia una soledad activa, balbuciente en la creación, favorecida sin duda por mi vida en el ámbito rural, entorno que iba a dilatar para siempre aquellos comienzos de un desasosiego puro, tal como los elementos naturales circundantes iban dictando a aquel pequeño corazón, la poesía niña y yo, que el tiempo se encargaría de ir formando lentamente.
Si vuelvo la mirada a aquellos años uncidos por la reacción apasionada de todo lo que iba llegando a una vida, me reconozco en libertad de asombro en asombro, de pensamiento en pensamiento, otra inclinación por las cosas, que la pandilla de amigos tal vez no compartía y yo me daba cuenta. Si íbamos juntos a pescar, las horas no pasaban lentas ni tenía sensación de impaciencia entre los juncos que pisábamos; andaba ensimismada en los brillos concéntricos del agua que marcaban el paso de sentir ya una oración allí y no sabía darle su forma. Hacia fuera parecería que estaba acoplada a los juegos y acechanzas compartidos, pero por dentro el pozo de una soledad empezaba a ser habitado por un afán de penetración del mundo que me rodeaba. Andábamos subidos en higueras frondosas instalados en sus ramas, tan ágiles y habladores. Era un tiempo sin miedo ni medida aparente. Allí cuerpo y ojos se afanaban en una búsqueda que nadie me había indicado. El grupo adolescente bajaba a tierra para seguir por los caminos, pero yo solía quedarme allí: era la dimensión de la altura, el contraste de los huecos de luz, los verdes rodeándome la espalda, y anillar todo aquello sería después ir a casa y empezar a escribir torpemente en el mismo lugar de un pequeño paraíso encontrado. ¿Y los otros, los amigos, por dónde seguirían trotando? Habrían llegado a casa tan sucios como yo, pero no cogían el lápiz para hacer la búsqueda de lo revelado en tantas horas fuera de nuestras casas, por otra parte, sencillas. Acaso la mía aportaba el confort de una familia acomodada, las voces de niñeras, aquella casta rural alborotada y hermosa, de la que tanto aprendí como en otros brazos de la vida. Éramos cuatro hermanos.
Pureza Canelo
(Fragmento de «Fiel a una poética»,
Poética y Poesía, Madrid, Fundación Juan March, 2008)
DEPURACIÓN
Alguien
va a pasear los ojos
por estos versos.
No sabe de mí
habrá padecimiento
confusión
destierro
porque eso es crear.
Crear a dos.
Ciegos,
sin saberse tumulto.
Pero no tengo fe
en esos ojos
si no me arranca tela
y nace lo sin límite.
Vértice más vértice
de territorio
imperfecto
mi ofrecimiento
en vilo.
Alguien
pasea sus ojos
por estos versos.
En aproximación
a la materia
de lo vivo.
Nunca se sabe
qué hacer
ni cuál es la oculta
depuración
que ilumine
el lugar inacabado
de la compañía.
En su conflicto
de conjugación
el poeta duda si acoger
a quien le lee
por haberse atrevido
a descifrar
algún acoplamiento
de conciencias.
Pureza Canelo
(De A todo lo no amado, Barcelona, Plaza y Janés, 2011)