Nombre:
Ángel Borreguero Carrasco
Origen:
Badajoz (1996)
Identidad:
Graduado en Literatura General y Comparada. Escritor.
Enlace de interés:
https://www.youtube.com/watch?v=gFWYRiQnDwU
Contacto
Nacido en Badajoz en 1996, aunque pasó su infancia y adolescencia en Don Benito.
Es graduado en Literatura General y Comparada por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Investigación en Humanidades (sección de Estudios Clásicos) por la Universidad de Extremadura, donde ha trabajado sobre la obra póstuma de Jesús Alviz.
Soltero y solo en la vida (Pombo dixit), reside en Cáceres.
PUTITOS (Poesía). Ed. El sastre de Apollinaire (2023)
“Al sobradamente letraherido Ángel Borreguero le gusta la vida de noche, y los mundos de la crápula y del vicio, en los que se puede ser partícipe o espectador, pero donde siempre se aprende. La cocina literaria de las noches turbias o luminiscentes otorga muchas sorpresas cultiparlas, como este muy peculiar libro de Ángel, que no quiere ser provocador. Quizás no es poesía, tampoco prosa: es un turbión, una concatenación de imágenes -solo imágenes distintas- que debe leerse como greguerías líricas, obscenas, sucias y brillantes brotadas de los muchos submundos” LUIS ANTONIO DE VILLENA
Es el chapero de los ojos desechos y el pelo pelirrojo o pelirrubio como una confitura de manzana. Un cortecito en el pubis, los muchos granos, las erupciones rojas y malvas.
Tiene un lunar rojizo en la cara amarilla, diarreica, y habla como colocado. El color brumoso, como de pintura fresca todavía, de la cara ancha y plana, los balbuceos interferentes en su discurso.
Su mucha querencia por los católicos anglos, por Sebastian Flyte y Gilbert Pinfold, y la Fabiola del cardenal Wiseman, la cosa rubia y despreocupada del college, ositos de peluche, mohínes, la cara como un bollo, hinchada y por dentro migosa, las chaquetas color limón.
La cara pelirroja, las manchas frutales (rosáceas, mínimas), y la camiseta amarilla de joven baloncestista, una colección rosa de manchones borrosos, mareantes.
Las amarilleces africanas, las pastillas de olor (sudor, gominolas, colonia como deportiva), el labio un poco quejoso y la mancha de orina en la camiseta.
Una idea del amarillo: por la ribera barroca de un río imaginario, la cara con pecas, un caracol rubio en la axila, junto a las verrugas estupendas, transparentes.
La barriga como inmenso acuarium, los ruiditos hidráulicos, los trozos que se mueven dentro y uno se imagina amarillos, rosas, encantadores siempre.
Los antojos como peces miniatura de Borneo, la carita de príncipe etíope, la babita jovial, descolorida, de twink en las últimas (de pajarito rosa o carrete de hilo animado).
Putitos (El sastre de Apollinaire, 2023)