Bermejo Fernández, Ana


Nombre:

Ana Bermejo Fernández 

 

Origen:

Cáceres 1982 

 

Identidad:

Filóloga, poeta...

  

Contacto

anabermejofernandez@gmail.com



Biografía

Ana Bermejo Fernández nació en Cáceres en 1982. Estudió Filología Hispánica en la Facultad de Filología de la Universidad Complutense. Posteriormente realizó estudios de postgrado en literatura española en la misma Universidad.

 

Actualmente es profesora de Lengua castellana y literatura de secundaria en la comunidad de Madrid, además de escribir poesía y participar en actos literarios.

 

Colabora asiduamente en bitácoras, blogs literarios y páginas web.

 

A día de hoy tiene publicados los poemarios La vida sin más (2018) y Si ya no estás aquí, que hago yo sentado en tu tejado (2019), ambos en Lastura ediciones. Igualmente y publicados por Ediciones Juglar, los poemarios: 112 formas de protegerse de la lluvia (o maneras de quererte) 2021. Todas las bocas (2022) y Cartografías deb[v]idas (Relatos a dos manos junto al también poeta José Manuel Vivas) (2023).

Ha obtenido algunos premios de relato, como el accésit en el concurso de relato corto de Torrejón de Ardoz (2001), con el relato Agonía y el premio 20 aniversario Haciendo huella en el 2010 con el relato Bitácora.

 

También aparece en algunas revistas y antologías literarias como Plural (Página 72) de la Fundación CB.

 


Novedades

CARTOGRAFÍAS DEB[V]IDAS

© Texto: Ana Bermejo y José Manuel Vivas

© Prólogo: José Manuel Lucía Megías

Diseño de cubierta: Editorial Juglar

ISBN: 978-84-123994-7-9

Depósito legal: TO-045-2024

 

"No pretendemos engañar a nadie.
Nuestro desconocimiento de muchas cosas es infinito. Nada sabemos, poco conocemos de la humanidad y de sus historias. Solo observamos la vida, hablamos de ella con cautela y a menudo. También aprendemos cosas del amor y sabemos del dolor en que nos acuna la muerte.

Pero poco más conocemos. Poco más hemos aprendido en este viaje cuyo final es recóndito y desconocido.

 

No preguntéis por los nombres, las fechas o las intenciones. Tampoco sabemos de países ni estandartes o fronteras. Siempre las despreciamos, igual que las sectas, las religiones o los grupos armados. No nos identificamos con ningún uniforme ni aprendimos más leyes que las de la compasión, la solidaridad y la empatía.

 

Lo sabemos, no pretendemos llegar más allá, ni entendemos esta simiente de odio que crece bajo nuestros pies, que derrumba ciudades y asesina niños, mujeres y animales con la fiereza y el desprecio ancestral de alimañas sin corazón..."


TODAS LAS BOCAS.
Ana Bermejo Fernández.
(Ed. Juglar 2022)

Ana Bermejo nos ha traído de nuevo un intrincado y generoso relato poético del amor en tiempos de internet, sin salirse un ápice del camino de lo carnal, de lo sensorial, de las miradas que se cruzan y ruborizan, de las bocas, todas las bocas, que a diario se reencuentran, por los azares del amor o en la palabra más poética, con el firme empeño de doblegarla y convertirla en descargas eléctricas que nos alcanzan más allá de nuestros sentidos, que se aposentan en nuestras manos y nuestros ojos, para deleite de quienes admiramos la buena poesía y agradecemos el frescor y la sinceridad de una escritura bien construida pero profundamente emotiva. (Del prólogo de José Manuel Vivas).

Presentación en la Feria del Libro de Badajoz el próximo sábado 28 de mayo a las 18:30 horas. Carpa de conferencias.


112 formas de protegerse de la lluvia (O maneras de quererte) de Ana Bermejo.

 

112 formas de protegerse de la lluvia está compuesto de 112 micropoemas o 112 poemas de esos sublimes en los que las ideas sobrepasan a las palabras y nos llenan de sugerencias. 112 formas de protegerse de la lluvia. 112 poemas de amor. 112 formas de decir “te quiero”, de protegerse de la vida o de saltar al vacío venciendo los vértigos para empezar la mejor aventura.

 

Decía Bécquer que un poema debía caber en el dorso de una tarjeta de visita. Porque a lo sublime le sobran las palabras y más allá de la palabra poética se vislumbra la Poesía. Porque, a veces, entre el tumulto de las palabras, se pierde el susurro contundente de las ideas. […] (del prólogo de Begoña Regueiro). 

Editorial Juglar. 2021.


Obra publicada


Premios

  • En el 2001, accésit en el Concurso de relato corto de Torrejón de Ardoz, con el relato Agonía. En 2010, con el relato Bitácora, gana el premio "20 aniversario Haciendo huella". 

Texto

TRES POEMAS de 112 formas de protegerse de la lluvia.

4

Volver a cruzar nuestras miradas en un punto del espacio y sabernos.

Simplemente así de sencillo.

5

Hoy es viernes.

Estoy esperando ver el atardecer en tus pupilas

porque es entonces cuando tu piel más huele a sal.

Siempre supe que eras del mar y no mío.

6

Todas mis reglas gramaticales tienen como medida tu nombre.

Eres mi unidad lingüística.

 

 

MEN (del poemario La vida, sin más)

 

Te escribo porque no sé explicarte mi enfermedad.
Y va tocando...

Veamos, tengo una mutación genética,

como algunos súper héroes;

aunque aún no he encontrado cúal es mi poder o tal vez sí.

Cuando me dices que soy la reina de tu cama, me entra la risa,

porque en el fondo tu mismo estás describiendo un poder del que no era consciente.

El nombre, neoplasia endocrina múltiple, MEN para los colegas,

porque no te lo vas a creer,

pero cuatro años son muchos momentos de montaña rusa

para no tener la confianza suficiente de llamarla por las siglas en inglés...

A veces se me enreda en la boca y hasta en las formas.

Son esos días en los que te aparto.

Aún así me vale que me quieras igual,

que te sigas haciendo el tonto,

que me sigas convirtiendo en heroína, musa, o simplemente compañera de viaje,

como hasta ahora.

Sigo sin saber explicarte.

Abrázame.

 

 

 

 

PUNTO DE INFLEXIÓN (del poemario La vida, sin más)

 

Horas. Son solo 48 horas las que necesito,

sin ti;

para perder el punto que mantiene mi verticalidad.

Y entonces, como si lo supieses,

vuelves.

Y tu voz, tus manos, tú...

os convertís en el punto de inflexión de mi cotidianeidad.

 

 

 

 

RESPIRA (del poemario La vida, sin más)

 

Respira, respira, respira.

Es la palabra con la que algunas noches me sobresalto,

abro los ojos y busco en el techo la luz de aquel recuerdo.

Estoy en mi cama. Tú estás al lado.

Aquella voz hace que pierda el equilibrio

y me acurruco al borde del colchón.

Si mi piel te tocase, nos romperíamos.

Me mantengo a la espera del sonido del despertador.

Me intuyes, dejas el espacio suficiente,

una taza de té antes de salir a trabajar. Solo un beso en la frente...

Respira, respira, respira.

Hoy es de esos días en los que nos vivimos

con los ojos sin decir nada.

Y cuando llegues a casa tal vez me encuentres mirando por la ventana,

sentada en el sofá con un libro que no leo o en el borde del colchón

haciendo equilibrio...

Y me abrazarás mientras susurras en mi oído:

respira, respira, respira.