INTRODUCCIÓN, por Fernando Vázquez-Dodero Romero.
La oración del vía crucis constituye un recorrido espiritual que traslada a quien lo reza al Corazón de Cristo y al de María Santísima. Es una oración que recorre el camino del Hijo de Dios hacia la Muerte en Cruz y la Resurrección, misterios centrales de la fe católica.
Este vía crucis surgió gracias a una conversación abuelo-nieto. El nieto del autor, seminarista, tras rezar una versión de esta oración que acababa con un pequeño poema después de contemplar cada estación, pensó que su abuelo, poeta hijo de poetas, podría hacer lo mismo y con mucha belleza.
Tal como enseña Jesús en el evangelio de d. Lucas, «de lo que rebosa el corazón habla la boca» (Lc 6, 45). El corazón de un poeta al ser tocado por una persona o un acontecimiento tiene necesidad de expresarlo en sus poemas. Esta realidad podemos verla en todos sus poemas, muchos de ellos recogidos en sus poemarios. Su mujer, sus padres y hermanos, sus hijas, sus nietos, y todas las personas y circunstancias de la vida que le han tocado el corazón tienen poemas dedicados. Así, no podía ser menos con la fe y con la persona de Cristo, que, al ocupar el corazón de este poeta, tiene numerosos poemas dedicados, a los que ahora se añaden los de este vía crucis junto con algunas oraciones que ya habían sido compuestas.
En esta obra vemos que todos los poemas son sonetos. Cuando hablamos de la posibilidad de hacer este vía crucis me dijo “he encontrado que otros autores como Gerardo Diego tienen vía crucis, pero no he encontrado ninguno con sonetos”. Con esta motivación y siendo el soneto su composición favorita, comenzó esta obra, de la cual me ha sorprendido la inspiración tan rápida.
El soneto es una composición métrica de catorce versos, todos consonantes y con requisitos métricos complejos. En cuanto a la rima, los ocho primeros versos concuerdan entre sí, generalmente el primero, cuarto, quinto y octavo; y los otros cuatro entre sí. Los seis últimos son tercetos y concuerdan entre sí según el gusto y maestría del autor. Es bonito ver como en esta obra, el autor va jugando con las rimas, especialmente en los dos tercetos, que van variando y dan mucha riqueza.
En cuanto al contenido, ayuda a la contemplación el hecho de que cada una de las estaciones capta el misterio que hay ahí escondido. Y ese misterio poéticamente se encarna en el que lo lee ya que siempre encontramos una consideración que entra en el corazón y lo mueve a dar una respuesta ante el misterio contemplado.
SONETOS PARA UN VIACRUCIS : ROMERO MONTESINO-ESPARTERO Terly, JUAN JOSÉ: Amazon.es: Libros
(3) VIACRUCIS EN SONETOS - 1ª ESTACIÓN de JJRME (Terly) - YouTube
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